He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.
Hace dos semanas La Casa Teatro fue testigo de un maravilloso curso de sombras con niños que aprendieron a crear con sus manos buhos, tortugas, pájaros, mariposas, gatos, perros...y también contaron la historia del Principito en sombras.
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